«Leer me salvó la vida. Apaciguó todo el odio, la rabia, la frustración que sentía. Si tenía rabia me tiraba arriba de la cama, leía y rápidamente ese sentimiento se iba diluyendo. De verdad creo que la delincuencia no va a detenerse si los niños no leen, porque no tienen cómo evadirse. Un libro te da una tranquilidad que no te da nada y te hace sentir que no eres una basura. Te crea un espacio para vivir y para morir».
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Cantalao: El último sueño de Neruda
Pablo Neruda nunca habló de casas museo para celebrar su obra, él quería una casa de residencia para escritores, un lugar de creación en un territorio privilegiado de rompientes de olas y vientos que surgieran frente a un mar estrepitoso encajonado entre los cerros. Imaginaba una suerte de pueblo mítico con callecitas y casas destinadas a poetas y artistas con talento para que se inspiraran en la soledad de un paisaje maravilloso y concretaran sus trabajos. “Será una fundación para que los escritores becados puedan vivir por un año con el producto de mis derechos de autor, disfrutando de una casa común para reuniones y actos, además de cabañas individuales para trabajar”. Ese lugar el poeta lo bautizó como Cantalao y fue el mismo nombre que utilizó para referirse al pueblo de su novela: «El habitante y su esperanza».
En 1968 Cantalao se materializa cuando Neruda compra un terreno de 4,3 hectáreas en los acantilados cercanos a Isla Negra. En el lugar se construye una cabaña de troncos con lámparas, puertas y ventanas de vidrio de colores con orientación hacia el sur y se instala un ancla que simboliza la intención del poeta de permanecer en el lugar. En un comienzo se proyectó edificar un lugar central con estar, comedor y biblioteca para que escritores y artistas construyeran pequeños núcleos habitacionales alrededor y los utilizaran en vida, donándolos a la Fundación al morir. Pero luego, y junto el trabajo de otros arquitectos, se modifica la idea original para levantar una gran estructura en la que se realicen seminarios, exposiciones y convenciones en un espacio de encuentro con el arte. También se contempla la creación de un centro de estudio del mar con un acuario, y el desarrollo del sentido organización y concepción paisajística del lugar. De esa visión, hoy sólo permanece esta última, la que se debe en gran parte a la fuerza de la naturaleza del lugar y la posibilidad de contar con parque ecológico abierto a la comunidad que rescata las condiciones primitivas de la flora y fauna.
(RE)COGER 